Se trata de una reforma de un ático construido en los años 80 en la que se da la circunstancia de que dirección facultativa, promoción y cliente se funden en la persona del arquitecto. Por ello este es un banco de pruebas. Se consideró como una forma de expresión empírica de ideas, dibujos e ilusiones. Pruebas arriesgadas que en su mayoría funcionan y que uno sufre y sobre todo disfruta día a día.
Se evitó el aire acondicionado, lo que modificó toda la morfología de la casa. Mediante un sistema de estancias conexas y "canales de viento" que se activan con simples entradas y salidas de aire la casa ventila, respira. Las puertas correderas acaparan varios registros y funciones: Tapan, esconden, descubren, y dejan intuir tras ellas espacios, libros, electrodomésticos... Todo se dibuja al milímetro, antes de ejecutarlos se estudia, se dibuja y luego se construye.
No creo en el tópico de que el cliente más complicado es uno mismo.









